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EL ROL DEL DOCENTE

Los nuevos conocimientos cambian el rol del docente: ya no se trata de encontrar estudiantes
inteligentes o capaces y formarlos, sino el de saber que todos y cada uno tienen la misma
capacidad, a menos que haya un daño cerebral físico. El trabajo del nuevo docente es el de dar
soporte, apoyar continuamente todas las conexiones, es enfocar en las conexiones que el
estudiante hace, no en lo que no hace.

Es saber que todos y cada uno son capaces,y proceder en consecuencia partiendo de esa base;
los días de juzgar quién es el avispado y quién no lo es, ya pasaron. Estamos abriendo una nueva
descripción del trabajo del docente: volverse entrenador, preparador, facilitador entusiasta y
soporte, sostén del juego del aprendizaje. Esto significa saber que cada uno es un jugador y que
el trabajo del facilitador es crear un gran equipo, honrar todas las conexiones tan diversas como
puedan ser. El trabajo del facilitador sería descubrir la clave de cómo los jugadores aprenden, de
cómo cada uno hace sus conexiones cerebrales.
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Con el CEREBRO REPTIL

Se necesita un cambio fundamental en la descripción de trabajo del docente: pasar de juzgar las
tareas, a dar un sistema de soporte por los logros.
•    Proveer seguridad. EI niño necesita seguridad primero que todo.
•    Proveer soporte para un aprendizaje continuo y un éxito continuo. No permitir la falla, la
      verguenza, la incapacidad de agradar o el miedo: la contracción previene el aprendizaje.
      La tarea del maestro cambiaría de retador y discriminador del buen y mal estudiante, a
      brindar soporte continuo.

¿Cómo?
Haciendo notar los logros. Llevando un registro de los éxitos, de lo cumplido, de lo realizado, de
lo bien hecho.

Las fallas o lo inadecuado es aquello que todavía está por ser aprendido y el niño necesita ayuda
para lograrlo. Si podemos compararlo con un juego de fútbol es como ayudar al niño a dar una
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patada para lograr un gol. ¿Ganaría un entrenador el juego si solamente se enfocara en lo que el
grupo está haciendo mal?

La boleta debe ser un reporte de logros en donde se identifique también lo que todavía necesita
ser completado o aprendido.

Con el CEREBRO LÍMBICO:

Es desear, es querer: es el querer lo que mueve el niño hacia el aprendizaje.

Es la memoria a largo plazo: se recuerda lo que se quiere recordar.

Es el dejarse afectar, contra el tener que cumplir o actuar como si...(ya se supiera todo)
El verbo "moverse" que está en la motivación (movere) es buscar lo que hace mover al niño, es
sacar su deseo, su querer, porque la memoria a largo plazo está en este cerebro Límbico, que es
el cerebro del querer y el desear.
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¿Qué es lo que ayuda a que alguien quiera (hacer, decir o aprender algo)? Su participación en vez
de la imposición. ¿Cómo invitar a su participación? Siempre con la escogencia: esta sería la nueva
chuleta del maestro, dar escogencia, con el propósito de interesar al alumno para que continúe
el aprendizaje.

No importa que la escogencia sea poco o muy significativa, lo que importa es que ésta exista para
que incluya y estimule la energía activa del niño. La escogencia impide que el alumno se vuelva un
recipiente inactivo, que espera órdenes, convirtiéndose a la larga en un estudiante pasivo.

Punto a Observar: aquello que el estudiante no escoge, lo que te indica es que no lo entiende y
son esos los puntos en los que necesita ayuda.

¿Qué pasa con el aprendizaje?

Cuando el poder de aprender se bloquea: se presentan entonces silencios: “no puedo”, “no sé
cómo”, “me da miedo”, “no entiendo”, “no me gusta”.
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Con un estado de ánimo de molestia, con rabia: rompe papeles, grita, hace algo a los otros
estudiantes, se queja del maestro o del tema, no le gusta lo que hace o dice, "nunca me gustó".

Con un estado de ánimo pasivo: se pone triste, esconde lo que hace, se enferma, falta a clase, no
habla, "no puedo".

El estudiante necesita maneras permitidas o comportamientos aceptables para expresar
frustración, que no involucren:
       - agarrarla con los demás (profesor o compañero)
       - agarrarla con ellos mismos (enfermarse)
       - agarrarla con la materia que estudian (“no me gusta”, “no lo voy a hacer”).

Un ejemplo sería:
A. Poder expresar: "yo no puedo" sin ser etiquetado de “negarse a hacer”. El facilitador puede
decir:
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       •  "Haz tanto como puedas".
       •  Pon un círculo donde no puedes, donde te paras.
       •  Pídele ayuda a un amigo o al maestro.

B.   Pedir un receso, caminar alrededor, pegarle a un puchinbol, a un cojín. Los adultos lo hacen:
      previene el estrés. "Pedir ayuda" necesita volverse un indicador de inteligencia.

C.   En una clase un grupo con frustración puede gritar: "ay, no más". Esto, que seria lo opuesto a
      vitorear y animarse, también debe ser permitido: es tan válido como lo otro.

D.   Los bloqueos, las frustraciones, son etapas del aprendizaje, son obstáculos que se deben
      atravesar así como los túneles por los que ellos se deslizan en el parque; es como cuando
      juegas fútbol, que retomas la pelota después de haberla perdido.
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Con la NEOCORTEZA:

En el hemisferio izquierdo no hay muchos problemas: los niños de esta tendencia siguen
instrucciones fácilmente.

En el hemisferio derecho no hay "una conexión correcta", basada en causa y efecto como en el
hemisferio izquierdo; sólo hay conexiones con el significado que cada niño le dé a esa conexión
que hace.

Ya que aprender significa hacer conexiones, debemos parar, frenar los criterios y nombres que
limitan las conexiones.
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